El fútbol ha experimentado escándalos relacionados a actos delictivos, principalmente debido a su creciente importancia económica.
El impacto económico de la industria del fútbol asciende actualmente a más de 15.000 millones de euros y representa más del 1,37% del PIB nacional. En la mayoría de los casos, los delitos más comunes relacionados con el fútbol son el fraude, el descubrimiento y la revelación de secretos comerciales, el soborno, la corrupción entre particulares y el blanqueo de dinero. Destaca el tipo de corrupción en el deporte introducido por la Ley Orgánica 5/2010 y regulado por el artículo 286 bis apartado 4 del Código Penal. El delito de corrupción en el deporte tipifica la conducta destinada a predeterminar o alterar de forma de liberada y fraudulenta el resultado de un evento, partido o competición de especial importancia económica o deportiva.
Estas prácticas ilegales han tenido lugar tanto a nivel nacional como internacional. En España, ya hay algunos casos como la Operación Oikos, que implicó el presunto amaño de partidos en las principales ligas de fútbol españolas. Actualmente se están llevando a cabo investigaciones por el presunto pago de cientos de miles de euros para influir en el resultado de la competición y por apuestas deportivas relacionadas con los partidos.
En el ámbito internacional, hay varias acusaciones de corrupción en la UEFAy la CONMEBOL, así como el caso FIFA-Gate: el mayor escándalo de corrupción en el mundo del fútbol, en el que están implicados tanto empresarios como ejecutivos y altos cargos de la propia FIFA. Se calcula que en el proceso se pagaron unos 200 millones de dólares en sobornos.
A raíz de estos escándalos, los esfuerzos de los clubes y las asociaciones para frenar estos abusos y garantizar la ética y el cumplimiento de las normas se han disparado y el fútbol es ahora uno de los principales sectores en materia de ética y cumplimiento a nivel nacional.
Esto se debe especialmente a la postura adoptada por los dos principales pilares del fútbol español: la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y laLiga Nacional de Fútbol Profesional (La Liga).
Por un lado, La Liga está firmemente comprometida con la mejora del cumplimiento de las normas y el freno a los comportamientos potencialmente delictivos y poco éticos. Prueba de ello es que cuenta con un código ético, tanto para sí misma como para terceros, un manual de buenas prácticas, un informe anual de buen gobierno, una oficina de cumplimiento y una oficina de denuncias.
En este contexto, el Departamento de Integridad y Seguridad de la Liga ha declarado que gracias a las acciones de la Liga se han iniciado 18investigaciones, que han dado lugar a 6 denuncias y a la comparecencia de laLiga en 11 casos judiciales. También hay que señalar que la propia Operación Oikos se inició a raíz de una denuncia de La Liga.
Cabe destacar la disposición del artículo 55.19 de los Estatutos de La Liga.Este artículo estipula que para poder competir y formar parte de La Liga, los clubes de primera y segunda división deben haber establecido y aplicado eficazmente modelos de organización y gestión que incluyan medidas adecuadas de seguimiento y control para prevenir o reducir significativamente el riesgo de comisión de delitos tipificados en el artículo 31 bis del Código Penal.Asimismo, deben prever su revisión periódica y su posible modificación.
En cuanto a la integridad, los clubes deberán aportar también una confirmación del acta en la que el órgano de gobierno del club acuerda la adopción de estas medidas, un informe de auditoría realizado por un experto independiente que confirme la adopción y aplicación efectiva de los citados modelos, así como un informe anual sobre su seguimiento periódico y, en su caso, la modificación o adaptación de los mismos por cambios internos o incumplimientos relevantes.
En cuanto a la posición de la RFEF, el 16 de diciembre de 2019 aprobó su nuevo Código Ético y Código de Cumplimiento, en el que se recogen los principios y valores esenciales de conducta y liderazgo para garantizar la integridad, la buena gestión y la ejemplaridad, así como la prohibición de determinados comportamientos que vulneran la ética y el cumplimiento.
Ambos documentos forman parte de la normativa de cumplimiento interno de laRFEF, que incluye el Código de Conducta Responsable de las FederacionesDeportivas Españolas y otras normas específicas como el Protocolo contra elRacismo en el Fútbol, el Reglamento de Premios y Regalos o la Política deCalidad, Medio Ambiente y Seguridad en el Trabajo. Asimismo, cuentan con varias certificaciones, como la ISO 9001:2015, la ISO 14001:2015 y la OSHAS18001:2007. Por último, cabe destacar que la RFEF cuenta con un director de cumplimiento, así como con un canal de denuncias y un régimen sancionador.
No cabe duda de que los clubes y las federaciones de fútbol se han visto obligados a tomar una serie de medidas ante los posibles riesgos penales y el temor a las posibles consecuencias financieras y penales, pero también deportivas y de reputación.
En este sentido, los clubes y las asociaciones cuentan ya con sistemas de compliance y muchos de ellos disponen ya de códigos éticos y de conducta, de sistemas de gestión de buen gobierno corporativo y de canales de denuncia, entre otros muchos aspectos, por lo que es previsible que el compliance siga creciendo en importancia en la industria del fútbol y en el mundo del deporte en general.
Fuente: Molins