Cuando se habla de una cultura de integridad y cumplimiento, se hace referencia a una cultura empresarial que promueve el comportamiento ético y el compromiso de cumplimiento de la ley por parte de quienes integran una organización.
La implantación de un sistema eficaz de gestión del cumplimiento normativo en las empresas crea valor y asegura el crecimiento a largo plazo, según el informe de Smart Compliance. El cumplimiento se posiciona así como un recurso clave para garantizar la sostenibilidad de la empresa en previsión del máximo cumplimiento de las leyes, reglamentos y obligaciones, ya sean impuestas o autoimpuestas (valores y propósitos de la empresa).
Contar con un sistema de compliance efectivo, además de reducir los comportamientos ilegales o inadecuados, representa una clara ventaja competitiva, ya que es valorado y apreciado cada vez más por posibles inversores, socios comerciales, administraciones públicas e instituciones financieras, entre otros. También tiene implicaciones directas en términos de atracción y retención de talento para las organizaciones, aumentando el compromiso y el orgullo de pertenencia.
Esto se debe a que hoy en día la conciencia del impacto que la estructura empresarial tiene en su entorno está más avanzada que hace años. La sociedad ya no tolera ciertos comportamientos y no basta con cumplir la ley y maximizar los beneficios. Ahora se exige eso y más; las empresas deben actuar con ética, impulsar el cambio y contribuir a construir un mundo más humano, justo e inclusivo.
Las empresas están ahora obligadas a actuar de forma ética e impulsar el cambio
La sociedad exige que las empresas tomen conciencia de las partes interesadas que existen en el ecosistema en el que operan, que comprendan cómo les afecta y cuáles son sus expectativas. Este cambio de mentalidad ha llevado a muchas organizaciones a revisar sus estrategias y a asumir nuevos compromisos que van más allá de los requisitos legales. Definir el propósito y los valores de la empresa se ha convertido en una prioridad para muchos.
Obstáculos
Sin embargo, existen enfoques y obstáculos que dificultan que las empresas diseñen y apliquen un cumplimiento que realmente funcione, sea creíble y se valore en la organización. Entre las razones citadas se encuentran: enfoque exclusivo en lo normativo, sin tener en cuenta la ética empresarial; proyectos teóricos que no proporcionan herramientas para su aplicación; puntos de vista extremadamente legalistas; no estar alineados con la estrategia global o las especificidades de la empresa.
El cumplimiento debe promoverse de arriba abajo, por el propio consejo de administración, pero todavía hay muchas empresas que no incorporan suficientemente el cumplimiento en su estrategia. El consejo de administración tiene la responsabilidad de promover la implantación de un sistema de cumplimiento eficaz, también tiene la responsabilidad de conocerlo y supervisarlo regularmente. Y el director general y la dirección tienen la responsabilidad de promover una verdadera cultura de integridad y cumplimiento.
Un enfoque global e integrado que tenga en cuenta no sólo las obligaciones legales sino también las obligaciones propias con las partes interesadas pertinentes y que se centre en la creación y el mantenimiento de una verdadera cultura de integridad y cumplimiento permitirá que el cumplimiento esté presente en la organización y en la toma de decisiones y contribuya a la estrategia y al crecimiento de la empresa.
A pesar de su importancia, muchas organizaciones aún no han conseguido implantar dicha cultura y han empezado a trabajar en elementos más formales como políticas escritas, líneas de información o sistemas de sanción interna, pero no han conseguido desarrollar y mantener una cultura de integridad y cumplimiento. Esta falta de atención a la cultura indica una falta de madurez en términos de cumplimiento en algunos países como Ecuador, que han adoptado el modelo más tarde que otros como España, México, Estados Unidos, etc.
La cultura tiene que ver con el comportamiento. La cultura es la forma de hacer las cosas en una organización. Las normas, los valores, las creencias, los supuestos y las prácticas que se comparten en una organización y que se manifiestan en la forma en que las personas piensan y se comportan. Por lo tanto, la cultura de cada organización es diferente, lo cual no sólo es válido sino también positivo. No tiene por qué haber una cultura única y no es necesario definir lo que debe ser una cultura corporativa. Sin embargo, hay unas normas mínimas de comportamiento ético y de cumplimiento que deben estar presentes en todos.
Claves de la Cultura de Cumplimiento
Algunas claves que facilitarán la creación y el mantenimiento de esta cultura son:
-Es importante crear la motivación intrínseca para comportarse y actuar éticamente en las organizaciones. Por ello, los sistemas de sanciones e incentivos deben ser moderados, equilibrados y complementados por un propósito y un conjunto de valores éticos fundamentales y explícitos.
-Diseño y aplicación a medida de cada organización. Los códigos y políticas deben ser específicos para cada empresa.
-Aplicable mediante sistemas de gestión de la integridad y el cumplimiento que incluyan y vinculen todos los elementos de un sistema de cumplimiento eficaz.
-El cumplimiento debe formar parte de la estrategia, del día a día de la empresa y, por tanto, de la toma de decisiones.
-Un liderazgo responsable impulsado desde arriba.
-Es importante destacar que la cultura es responsabilidad de todos los miembros de la organización.
-El uso de estímulos para fomentar un comportamiento ético y conforme.
-Comunicación eficaz.
-Transversal y al servicio de las demás funciones.
Fuente: Cinco Días