No más tabú. Más realidad.

La crisis del sistema penitenciario en Ecuador

En estos últimos días, realmente me ha surgido una gran interrogante: ¿Somos conscientes de lo que verdaderamente sucede en nuestro país?

Resulta que, ante esta pregunta, que parecería por demás obvia, existen varios criterios que me llevan a dudar si efectivamente comprendemos lo que en verdad está sucediendo en las cárceles de nuestro país.

Me quedé atónito cuando escuché a una persona decir “bien está que se maten entre ellos y así que limpiemos a la sociedad”. Sobre este criterio evidentemente nos encontramos frente a dos culpables. El primero sin lugar a duda es la persona que antes de hablar no utilizó la parte del cuerpo humano que genera pensamientos e ideas sino una muy distinta a ella; y, el segundo, viene a ser el estado ecuatoriano. Me dirán ustedes, ¿Qué culpa tiene el estado? Yo les respondo, MUCHA.

En este caso en específico existen dos formas o canales de culpa que le son atribuibles al estado ecuatoriano, la acción y la omisión. Es decir, el estado es culpable por hacer y por no hacer. No me digan que resulta contradictorio, primero analicemos el por qué de esto.

Creen ustedes que la persona que emitió el comentario al que me referí, ¿alguna vez ha tenido alguna información de parte del estado sobre el respeto de los derechos de las personas? ¿Alguna vez le habrán dicho que las personas que están privadas de su libertad no perdieron su razón y se volvieron animales? Cuando refiero a que es culpable por no hacer, me refiero a esto. A la falta de comunicación y de educación a la sociedad sobre este tema tan importante como es el respeto de los derechos y la condición de una persona privada de la libertad.

Así mismo, cuando prendemos el televisor o abrimos nuestras redes sociales y vemos las matanzas y crisis que existen en todos los centros de detención del país a diario, evidenciamos que no existe un accionar del estado para detener estos amotinamientos. Esta falta de acción genera que las personas a las que no se les ha hablado de derechos, consideren que es normal que se maten entre presos y que de esa forma se eliminarán solos. Que grave mensaje puede dar el estado por una omisión como esta. Ante su falta de respuesta, se entiende, tácitamente, que lo está validando.

Por otro lado, cuando refiero que es culpable por sus acciones es porque efectivamente no creo que estén de brazos cruzados, sino que tienen estrategias y planes que los están ejecutando. Pero ¿están dando resultado? Ustedes respóndanse solos. De igual forma, se designan personas para cargos públicos que requieren de un alto grado de preparación y de experiencia, gente con habilidades para el manejo de situaciones complejas que requieren de acciones y no de tibieza. ¿Estamos frente a esos funcionarios? Sigan respondiéndose ustedes mismo.

Alguna vez, y solo alguna vez, pongámonos del otro lado. Pensemos como si fuésemos los perjudicados por esta situación. Como si debiésemos pasar noches en vela con el corazón en las manos esperando que suene el teléfono porque un ser querido o cercano está ahí dentro y su vida corre peligro. No me puedo imaginar siquiera el pánico que tendrán quienes lo viven en carne propia. Solo, no esperemos que tengamos que ser parte del problema para entenderlo. Los derechos son inherentes a todas las personas y por esa razón debería generarnos inconformidad cuando se los vulnere.

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